lunes, 3 de septiembre de 2012

Lunes


Lunes.

Empezar con la pereza matutina de ir a clases bien temprano. El viento se escabullía por cada parte de mi cuerpo. Horas eternas. Pero al mediodía los rayos de sol estaban anunciando su llegada y con ello el tiempo de clases se precipitó.

¡Qué buen inicio de semana!-.Exclamo.

Descuidé que también era un día lleno de cambios impredecibles. Estar aquí, sentada, conteniéndome de reaccionar absurdamente solo lo convierte en un túnel indefinido donde resuenan pensamientos profundos y se camuflan en la falta de luz.

 “A penas llegues, subes para que me des tu DNI, lo necesito”. A simple vista todo sigue en su lugar. Canciones lentas suenan aleatoriamente, al ritmo de este escrito monótono.  “Aquí está, ¿para qué le sacas copia?” El anuncio quebrante se había desatado a partir de ahí.

 Una semana en la Universidad y todo deja de importarme, voluntariamente. Me cambió por completo la noticia. Esa misma que se asoma por cada hogar para buscar a su siguiente víctima.

 “No puedes evitarlo” me dicen, “tal vez sea lo mejor”. Yo sabía que no era así.- Si una vez hicieron ese pacto eterno con la base de un amor sincero, entonces todo puede reamarse-.

Sucedió un lapso de incógnitas:

Sin poder dormir, sin asistir a clases, sin dar prácticas, sin estudiar…con ansias. ¿De qué? Aún no lo descubro. Cada segundo que mi mente deja de distraerse, automáticamente trae de vuelta recuerdos sobre lo felices que éramos. ¿Me puede alguien explicar en qué momento se cambió de dirección? Me afecta mucho. No lo saben. “Eres fuerte” Lo sé. Solo hasta cierto punto.-Ser fuerte implica privarme de desahogo. Es injusto para mí, lo mejor para los demás-.

No tengo ni la menor idea de lo que estoy escribiendo. ¿Palabras, frases, pensamientos, memorias? Me encuentro en busca de un final que se dará sin forma concreta.

La casa se siente tan desolada. Desde que somos tres en ella, las cosas se fueron enfriando. Yo, por mi parte, dejé que lo resolvieran ustedes porque meterme en el campo de batalla hubiera explotado la granada en mi mano que dañaría a terceros. Y no, no quería ponerme en esa posición.

Ilusamente pasaron días, ya no estaba ahí para apagarme la televisión cuando me quedaba. Está ausente cada mañana que me levanto y tomar desayuno. Ni quién me advierta lo que me olvido…Siempre estaba ahí como mi recordatorio a pesar de que varias veces me iba  apresurada, sin despedirme debidamente.

Hablando en un tiempo más aproximado, los cuatro tuvimos una pequeña conversación que dejó inconcluso distintos fragmentos del pasado como también aclaró la actitud de los implicados. Como en una montaña rusa, hubo partes que me aferraba al asiento, cerrando los ojos, esperando que pasara  lo más rápido posible. Eso fue justo cuando creí que no habría nada más que me arrastre más metros bajo tierra.

De aleatorio, pasé a repetir una canción específica.

Aquí sigo. Intentando pestañar lo más fuerte posible para asegurarme que esto no es más que un juego mental. Es tan solo una forma de ir aceptando que toda mi vida ha sido una mentira. Las verdades dudaron en su naturaleza absoluta, y ello bastó para reafirmar que no existe manera de confiar plenamente en alguien, a excepción de ti mismo. Decisiones y acciones ocultas terminan desembocando en donde no deben y en quienes no lo merecen. 

Predijeron una semana llena de sismos…nunca confirmaron la magnitud ni el lugar, ahora no lo sabré.