Lunes.
Empezar con la pereza matutina de
ir a clases bien temprano. El viento se escabullía por cada parte de mi cuerpo.
Horas eternas. Pero al mediodía los rayos de sol estaban anunciando su llegada
y con ello el tiempo de clases se precipitó.
¡Qué buen inicio de semana!-.Exclamo.
Descuidé que también era un día lleno
de cambios impredecibles. Estar aquí, sentada, conteniéndome de reaccionar
absurdamente solo lo convierte en un túnel indefinido donde resuenan pensamientos
profundos y se camuflan en la falta de luz.
“A penas llegues, subes para que me des tu
DNI, lo necesito”. A simple vista todo sigue en su lugar. Canciones lentas
suenan aleatoriamente, al ritmo de este escrito monótono. “Aquí está, ¿para qué le sacas copia?” El
anuncio quebrante se había desatado a partir de ahí.
Una semana en la Universidad y todo deja de
importarme, voluntariamente. Me cambió por completo la noticia. Esa misma que
se asoma por cada hogar para buscar a su siguiente víctima.
“No puedes evitarlo” me dicen, “tal vez sea lo
mejor”. Yo sabía que no era así.- Si
una vez hicieron ese pacto eterno con la base de un amor sincero, entonces todo
puede reamarse-.
Sucedió un lapso de incógnitas:
Sin poder dormir, sin asistir a clases, sin dar prácticas, sin
estudiar…con ansias. ¿De qué? Aún no lo descubro. Cada segundo que mi mente
deja de distraerse, automáticamente trae de vuelta recuerdos sobre lo felices
que éramos. ¿Me puede alguien explicar en qué momento se cambió de dirección? Me
afecta mucho. No lo saben. “Eres fuerte” Lo sé. Solo hasta cierto punto.-Ser
fuerte implica privarme de desahogo. Es injusto para mí, lo mejor para los
demás-.
No tengo ni la menor idea de lo que estoy escribiendo. ¿Palabras,
frases, pensamientos, memorias? Me encuentro en busca de un final que se dará
sin forma concreta.
La casa se siente tan desolada. Desde que somos tres en ella, las cosas
se fueron enfriando. Yo, por mi parte, dejé que lo resolvieran ustedes porque meterme
en el campo de batalla hubiera explotado la granada en mi mano que dañaría a
terceros. Y no, no quería ponerme en esa posición.
Ilusamente pasaron días, ya no estaba
ahí para apagarme la televisión cuando me quedaba. Está ausente cada mañana que
me levanto y tomar desayuno. Ni quién me advierta lo que me olvido…Siempre
estaba ahí como mi recordatorio a pesar de que varias veces me iba apresurada, sin despedirme debidamente.
Hablando en un tiempo más aproximado,
los cuatro tuvimos una pequeña conversación que dejó inconcluso distintos
fragmentos del pasado como también aclaró la actitud de los implicados. Como en
una montaña rusa, hubo partes que me aferraba al asiento, cerrando los ojos,
esperando que pasara lo más rápido
posible. Eso fue justo cuando creí que no habría nada más que me arrastre más
metros bajo tierra.
De aleatorio, pasé a repetir una canción
específica.
Aquí sigo. Intentando pestañar lo
más fuerte posible para asegurarme que esto no es más que un juego mental. Es
tan solo una forma de ir aceptando que toda mi vida ha sido una mentira. Las
verdades dudaron en su naturaleza absoluta, y ello bastó para reafirmar que no existe
manera de confiar plenamente en alguien, a excepción de ti mismo. Decisiones y
acciones ocultas terminan desembocando en donde no deben y en quienes no lo merecen.
Predijeron una semana llena de
sismos…nunca confirmaron la magnitud ni el lugar, ahora no lo sabré.