martes, 12 de abril de 2011

Mañuco


Tío:

Desde hace unos días- semanas, tal vez -estuve conteniendo las ganas de escribirte. Exactamente cuando se cumplía un mes más para ambos… “La alegría que irradiaba era muy contagiosa, esa actitud optimista al levantarse…” se escuchaba hablar a mi papá con una voz cariñosa, por ti, su hermano. Direccioné mi mirada al césped. Tan verde y saludable…Fijé mi mirada. Observaba la acción del viento que repercutía sobre éste. De una lado a otro. “No retrocedió y se quedó. A pesar de que ellos los superaban en número; siguió luchando. Las heridas aumentaban, los refuerzos no llegaban. Pero su momento, sí. Lo encontraron semi-sentado. Y uno de ellos le puso fin a su valentía con un último balazo a corta distancia…” Podía imaginarte en ese momento, revivir tu historia por mi cuenta con palabras ajenas, claro. Recuerdo que la corriente de aire aumentó. Algunas hojas se iban. Casi como yo lo estaba haciendo. Podía pasar varias horas escuchando ese mismo relato y aun así proyectarme junto a ti, como un personaje más. Misma emoción, mismo pensamiento.

Una de las cosas que más impotencia me da es: no haberte conocido, ni tú a mí. Reúno cada pieza que se me presenta. Cualquier detalle, pequeño o grande, sirve. Concretar un rompecabezas, sí- uno que nunca pude apreciarlo en su más completa forma – Otras veces me da gusto la actitud que tuviste aquel día. Hasta me siento identificada con tu mentalidad. No obstante, al subir las escaleras y toparme con tu retrato, reflexiono. Cuesta aceptar que me hayan privado de describirte. Basarme en las anécdotas que relatan para formular una idea imaginaria, es lo que me queda.

Te extrañan muchísimo. En cada palabra aprecio el vacío dentro de ellos. 23 años que siguen vigentes en sus vidas, insuperables. Por mi parte, sigues aquí. Estás y estarás en la comunión de cada familia que vive en paz, en cada espacio que transmite seguridad. Esa luz que alguna vez dejaste, sí pudo saciar la oscuridad.  Tú lo hiciste y yo lo reconozco.

Ahora estoy aquí, frente a tu lugar favorito: el mar. Dejaré las preguntas para otra ocasión…Solamente disfrutaré de este hermoso atardecer, contigo.

Espero que recibas a tiempo esta carta. Las olas definirán, su rumbo; el tiempo, su demora; y yo, su destinatario.
“Un solo equipo, unido para el combate”.
Nos vemos.

Perteneciente a "Cartas escondidas en mi rincón"

2 comentarios:

  1. Me fascina como escribes! Tienes algo especial, no sabría decirte que en realidad, pero es tan vívido me hace creer que soy yo la que vive ese momento. Te felicito, eres genial :)

    ResponderEliminar
  2. Recién leo esto! Gracias andre, aprecio mucho tu opinion :)

    ResponderEliminar